No sé qué quiero decir, no sé si hay algo que quiera decir siquiera, sólo sé que quiero decir algo; quiero que haya algo o, simplemente, expresar este vacío. Pero, de cualquier forma, dejar la tinta correr y plasmarse en el tiempo dejando una huella para ser recordada en algún momento.
Me dejo llevar. Pero no tomo, cegada, la mano de un desconocido; con los ojos abiertos, tomo mi corazón y lo dejo ser mi brújula, consciente de cada paso -tal vez, demasiado-... demasiado consciente de mi inconsciencia, la que me guía a esta hora; porque no sé lo que quiero, pero lo voy descubriendo en el camino.
miércoles, 11 de junio de 2008
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