viernes, 27 de febrero de 2009

Parabola |

We barely remember
who or what came before this precious moment,

we are choosing to be here, right now;
hold on, stay inside
this holy reality, this holy experience.
Choosing to be here in this body, this body holding me,
be my reminder here that I am not alone in

this body, this body holding me, feeling eternal;
all this pain is an illusion.


Twirling round with this familiar parable;
spinning, weaving round each new experience.
Recognize this as a holy gift and celebrate this
chance to be alive and breathing,
chance to be alive and breathing.

This body holding me reminds me of my own mortality.
Embrace this moment, remember: we are eternal;
all this pain is an illusion.

Luna de melancolía ·


Hace tiempo retumba un eco en mi alma.
Un eco que se intensifica a cada momento;
abre grietas inestables en el interior de la corteza de luz blanca
y ésta consigue escapar del núcleo protector de la esencia,
y así viste a mi ser de destello.


Explota el alma
y cega a los espectadores distraidos,
a los pendientes sepultados,
los de día enmascarados,
de ilusión enamorados.

Mi luz de luna se impregna en el agua de esos ojos realizados,
que entonces brillan (ojalá brillaran entonces);
y las grietas ya no callan, gritan; y el tiempo ya no pasa, aplasta.

Pero el eco sin paredes no retumba;
y si hay luna la noche se acomoda, el día a la ausencia se acostumbra.

El recuerdo de una luz aclama los retazos de alma muda
y
los enmascarados ya borrrados se deshacen en la penumbra.

~

martes, 24 de febrero de 2009

Un moño en el corazón ·

Una extraña sensación me envuelve a veces. Como un golpe seco en la frente o el viento frío por debajo de la remera.
Estoy en el colectivo, absorta en la contemplación de alguna persona sin darme cuenta, y de repente, durante una milésima de segundo, un sentimiento muy fuerte se apodera de mí. Durante una milésima de segundo, soy esa mujer preocupada por su hijo que se puede caer, soy esa joven llorándome canciones de ayer, soy el más mínimo abrazo de las miradas y soy, o soy, la amistad envuelta en un paquete con papel de regalo que después serompesetirayseolvida.
Es una carga, descarga, de angustia no liberada. O de un grito eufórico tragado. De miedo empapelado.
Es, sea lo que sea, las ganas de apretar muy fuerte y no soltar sea lo que sea. Y es escapar de mí y meterme en vos; como una empatía que me supera sin preguntar... Como si los sentimientos pidieran permiso, no sé.
Y esta sensación se apodera de mí; me da el golpe en la frente cuando estoy absorta, ausente pero ahí, eneseprecisomomentoylugar fuera de mí. Esta sensación me despierta, me devuelve al cuerpo que observa sentado a un lado para preguntarme qué pienso, qué quiero, POR QUÉ NO HAGO NADA Y SIMPLEMENTE ME QUEDO SENTADA AHÍ, contemplando... Sentada en el vacío cuando estoy tan llena de esta sensación que es amor, amor envuelto en un paquete de regalo que nunca se abrió.

lunes, 23 de febrero de 2009

Split-second ·

Iba manejando su motocicleta a alta velocidad, cuando pasó a su lado y la vió.

Standing there, with the wind.


Y esa fracción de segundo hizo que su corazón se acelerara... And then hers.

Continuó manejando y cerró sus ojos mirándola, that was already staring at him and wondering if it wasn't just another dream.
Y en esa fracción de segundo, they connected. Y mientras él seguía su camino, ahora unas cuadras más adelante, tuvo que parar la motocicleta; su corazón no se calmaba, y su mente ya se había ido... o se había quedado con ella, that now was waiting for him once again.

Maybe he's coming back,
maybe he never will;
maybe it really was just another dream...
But she was waiting.
Standing there, with the wind.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Morelliana ·

¿Por qué escribo esto? No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de este ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman el pensamiento y que hace la prosa, literaria u otra. Hay primero una situación confusa, que sólo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa, es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo: sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispas y un arquearse cadencioso. Así por la escritura bajo al volcán, me acerco a las Madres, me conecto con el Centro -sea lo que sea. Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo, inventar la purificación purificándose; tarea de pobre shamán blanco con calzoncillos de nylon.


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