Puedo ser tu flor y vos el colibrí, que se alimenta de mí. Puedo ser tu flor y vos la mariposa, que descansa pacífica en mis pétalos. Puedo ser tu flor y vos un jardinero, que me admira y riega.
Y te doy de mi polen y comparto mi paz y te regalo mi belleza. Pero no te lleves todo, que me estoy desvaneciendo; esta flor no es más que lo que vos tomás de ella, que necesitaste crear. No pretendas que pueda seguir satisfaciéndote, si estás llevándote todo de mí y yo te necesito para existir.
Me lamento si tu sed se acaba. Me lamento si buscás algo más. Me lamento si dejás de contemplarme.
Y no es que las apariencias sean algo que me importe; ni siquiera tengo ojos para vos. Es que dejo de tener sentido si no explotamos la potencia de nuestra unión. Es que no hay límite para la imaginación, y podemos ser lo que queremos.
lunes, 30 de marzo de 2009
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