viernes, 3 de abril de 2009

Con los ojos cerrados ·

Acostada;
luces apagadas.
Y él por encima de mí,
sentado contra la pared,
haciendo de sus muslos mi almohada.

Un holograma de su cabello descuidado.

Presente desde otro lugar;
tal vez el mismo momento.

Instante
en que volví a sentir la protección,
abrazada por su paz,
consumida por la seguridad.

Como una canción de cuna...

Mi ángel de la guarda viste su figura.