jueves, 2 de octubre de 2008

NIN

Más que un recital, fue una revelación.


Y lo que obtuve de ella, todo, va a quedarse conmigo...

No voy a contar cómo me encendí al mismo tiempo que lo hicieron las luces; no voy a enumerar las veces que salté impulsada por los saltos del montón... o sola, con mi alrededor estático; no voy a decir por qué me encantó el juego de luces, las pantallas, la actitud de cada uno de ellos, Trent; no voy a explicar qué me hace amarlos ni cómo me fui fundiendo con cada canción; no voy a ilustrar los momentos en que cerraba los ojos y me entregaba, sentía; no voy a expresar las lágrimas que me produjo Hurt ni lo que bailé con Only... y tantas otras también. No les voy a regalar lo que me dio NIN.


Podría, sí, hablarles de los instrumentos, las voces y lo que forma al conjunto... Pero tampoco.


Más que una banda, es un sentimiento.

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