sábado, 11 de abril de 2009

Entre sueños ·

Una puñalada a un osito de peluche.

La imagen de un hombre canoso parado de espaldas en la mitad de la vereda,
en la noche silenciosa de mis pasos.

La decisión de las mujeres en base al juego de damas,
con un tablero gigante sobre el pasto.

El recuerdo del beso al amigo que sube por la espalda.

El auto que dobló directo hacia mí, para chocarme.

La tibia pluma de sus dedos.

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